La Herencia

El inconfundible aroma de la lluvia, me trasportó en el tiempo hasta la casa de campo que mis padres tenían en la montaña para veranear. Qué aroma a hierba fresca el que produce la lluvia al caer en la tierra seca. El olor del petricor se aprecia después de largos períodos de sequía; y cuando la lluvia provoca la salida del arco iris alegra la vista y el matiz de sus colores cuya tonalidad luminosa forja la mirada acendrada.

La aromatización se percibe como si fuera el sudor de algunas plantas, y se parece al suave el aroma de las almendras. Es un mundo fascinante de olores y aroma puro. El viento en las tardes asoma y en las mañanas arrecia y el sol cuando sale al amanecer es reconfortable, a mediodía agobiante y hasta el crepúsculo soportable. El trinar de los pájaros que anidan sobre los árboles con los primeros rayos del sol alivian el alma; un sonido que encandila los despertares.

Al anochecer se puede oír el sonido de un búho en la rama de algún un árbol cercano; y hasta una ardilla saltar de árbol en árbol recorriendo sus ramas. Pero es un sonido y una paz sosegada que llegas a creer que el mundo es hermoso, cuando en realidad la belleza está en la montaña y el bosque, y en la urbe el mundanal ruido y la maldad de las personas. ¡Como añoro aquellos años!

Al fallecer mi padre y posteriormente mi madre, mi hermano me obligó a vender la casa; yo, jamás la hubiera vendido, pero mi padre tuvo el fallo de dejar en el testamento a mi hermano que es mayor que yo, la potestad para decidir la venta. Y a él, sólo le importaba el dinero.

¿Qué te ha parecido?

Artículo anterior Artículo siguiente


__________


¿Te gustan los contenidos de LETRA LIBRE? Forma parte y aporta lo que quieras.


¡GRACIAS!