I Festival Rionegro de Letras: tercera muestra


 

ENSUNCHO DE LA BÁRCENA

Soy poeta y narrador. Nací en San Marcos del Caribe, Colombia, el 7 de abril de 1975. Tengo título de Comunicador Social otorgado por la Universidad de Bogotá, Jorge Tadeo Lozano, Seccional del Caribe (2001). Soy autor de los libros “El Poeta en el Hotel” (2004) y “La voz desconocida. Del blog al papel” (2010). Poemas míos aparecen en “Rostro del Mar, 60 poetas del caribe colombiano" (2015), del escritor mexicano Fabián Muñoz. He sido invitado a participar en Festivales y recitales de Poesía en Colombia, España y Reino Unido. Artículos míos han sido publicados por El Meridiano (Montería), El Universal (Cartagena), El Heraldo (Barranquilla), El Malpensante (Bogotá) y Letralia (Caracas). He filmado algunos cortometrajes y documentales para la televisión. En la actualidad estoy cursando el Máster de Escritura Creativa en la Universidad de Salamanca (España). Vivo y trabajo en Medellín desde 2019.


Cosmopolita

El pétalo que irradia la luz del amanecer.

La gota que da inicio al torrente de tu ser.

El alma que se afila entre dedos y lengua.

Un reino que no mengua.


El vino de Nicanor

Donde dice azúcar tengo el azúcar

donde dice sal tengo la sal

donde dice arroz tengo el café

donde dice pasta tengo el arroz.

Esto puede ser un antipoema

o material para una ilustre psico anal ista da igual, querido lector,

estos preversos nunca saldrán en los periódicos ni serán leídos en la radio:

a los periodistas solo les interesan

los asesinos y los ladrones

porque de ellos beben.

¡Salud!


El sol tiene una casa

La he visto desde mi hamaca

colgada a orillas del mar

en mitad del sueño

en la maloka del sustento.

La voz del ayo me lo ha dicho después de que perforara

el centro del techo con mi vara y una lluvia de estrellas cayera sobre mi cabeza.

El sol tiene una casa

la he visto al pie de la Montaña Sagrada donde los hombres adoran

Dioses antiguos con rituales nuevos y la música es el paisaje.

El sol tiene una casa

y sus paredes de ladrillo

he visto su timbre

redondo

en el crepúsculo.


La Familia Real, 1656

El Rey ennoblece a su pintor

Velázquez ennoblece a la pintura

Hay lugares en el mundo tejidos por el misterio

generación tras generación,

este Salón del Prado es uno de ellos.

Doce muros lo circundan

una bóveda de luz con molduras

dan marco al esplendor de lo real.

El artista como instrumento,

el tiempo como artífice.

Sus Majestades, Los Reyes,

observan desde el espejo

a la infanta consentida

por doña Isabel de Velasco

y mi prima María Agustina.

El príncipe heredero nos contempla,

junto a los imperiales caballos,

la lealtad de los perros,

los entrañables tíos,

los parientes lejanos,

la cercanía de los miembros

de la antigua tribu.

Trescientos sesenta años han pasado,

trescientos sesenta grados

para llegar aquí, de nuevo.

Los ojos se hacen río de siglos.

Las musas nos acechan,

en compañía de grandes servidores:

las bandas dignificantes,

las justas bengalas,

los atuendos ejemplares,

y las sagradas Órdenes.

Todo excelencia y rigor

es este templo

que anuncia la Poesía.

Hermafrodita nos sueña.

Al Marqués de Villena


San Lorenzo de El Escorial

Nunca más verás un patio de la misma manera.

Frente a ti siempre estará la sagrada Basílica detrás de ti la Biblioteca Real

con su dorado secreto de siglos.

Tus pasos te llevarán a todos lados

pero nunca conseguirás olvidar

esta caminata por el Patio de Los Reyes.

Tu destino está claro

y te hincas de rodillas

ante el Rey de Reyes

en el mausoleo del Emperador

y su inmensa descendencia.

Rezas por ellos. Lloras.

Alguien más rezará por ti.



FERNANDO DÍAZ SAN MIGUEL


Ha publicado ocho libros de poemas: Poemas menores (Ed. Universidad Pontificia de Salamanca, 1996); Cartas en la manga, libro de poemas con forma de baraja española ilustrado (1998); Poemas mayores (Ed. El Gancho, 1999); Poemas imperfectos, finalista del Premio Fray Luis de León de Poesía de la Junta de Castilla y León (2001); Poemas finales (Diputación de Salamanca, 2003), Meiosis (editado en forma de almanaque, 2005) y Agosto (Amarú Ediciones, 2008), Libro cero (Fund. Jorge Guillén, 2009). En 2018 se publicó Momento, poesía reunida I, que reescribe sus seis primeros libros. Ha publicado algunos de sus relatos en revistas de España y México, así como las series de poemas «Abandonos», en Revista Atlántica de Poesía (2010), y «Palimpsesto» en Revista de Occidente (2019).


Agosto, 2


No, no voy a dejar que el fracaso de mi cuerpo crezca más que el alma. Que no, no voy a soportar que el miedo ordene mis hábitos más de lo que lo haría un amor sereno.

Para qué imaginar lo que puedes sentir mientras cierras los ojos, y respiras, y aparecen en ti las paredes de lo medular cayendo a pedazos, flotando en tu interior, dejándote desnudo. Ah, tanta belleza podrida en nuestro interior me sobrecoge.

Me sobrecogen, me abrasan los mensajes que provoca la tarde seca y amarilla de un agosto, cuando el silencio se proclama un dios, un ave muerta, un signo numérico. Entonces, cómo cuantificar las oportunidades, cómo hacer un balance que no nos supere, cómo habilitar un mundo del tamaño de un puño, y tocarnos las pieles como si nunca hubiera existido el miedo.

No sé qué quiere enseñarme este punto y aparte, qué estos albores de la misericordia, este fallo plomizo. De qué hablar esta tarde dormida de un mes llamado agosto. O cómo que un límite es principio de un océano, un desierto poblado por gaviotas, por lágrimas de estaño que no nos merecemos.

Que sí. Hemos ganado un premio de promesas incumplidas, viaje a la memoria vuelta futuro, miope que observas el horizonte como un barro extendido hasta los límites de la rabia. Escuchad la llamada del hambre de ser más, de ser al menos.

Aunque se haya borrado la esperanza del asno, el hedor tan amigo de la carne quemada, sé que al menos nos quedan, una, dos, tres tal vez, oportunidades de comportarnos dignamente.

De sentirnos como perros ahogados entre los peces, animales de agua sin futuro, sin mar.

Ahí está la alegría de sentirse tal vez tan poco hombre, porque el hombre se siente incompleto una vez que conoce.

Habernos conocido así, ahora, en esta especie de momento extra que me ha sido concedido, que me ha sido otorgado por la honradez de los pecados que intenté cometer. Habernos conocido ahora, y ganar la niñez por vuestro aliento.

Conocer, y seguir queriendo. Querer ser como quien abre la herida para buscar el beso que la propagaba. Querer sentirme las manos, la tinta que ha encendido en mí una manera de existencia, querer beber con el corazón mi tiempo. Querer.

Y la tarde es una forma de decir que no quiero marcharme. Hacerlo de la misma forma que alienta saber que son mis manos mordidas un pupitre de flores, que obedezco la ley del perdedor que siempre debiera haber sido, sí.

Sí. Perder y fracasar. Para que la oruga nos conceda la sabiduría, para que el león nos ofrezca el tiempo de la misericordia, del abandono, para saber ser el anhelo del que ha llegado casi el último, del que niega a los astros, su sereno castigo, la humilde perversión. Volveré a sentirme perverso, violento como un niño, ácido construido por la congregación de millares de torres, tú, sucio palacio bendecido de encuentros.

Porque aunque no sepa cómo concretar un minuto solo de mi vida, comprendo que volver es un fracaso honesto, que quiero fracasar y ser un pobre hombre, y ser un perro ahogado en las caricias de algún amo perverso, y quiero conceder a mis momentos de angustiosa apatía alguna pobre y extraña conclusión en que sentirme nuevo. Para ser más, para doler más, e ignorar las cosas más simples. La resignación, el cansancio, la construcción de un infierno. No.

Sí. Ya no quiero moverme de este raro paseo, de la tarde más hermosa que un hombre de agosto jamás haya sentido, porque quiero quedarme a crecer, aquí, ahora que el instante se ha parado, ahora que podría sobrevivir a los solsticios, comer de un pan de tierra, levadura y aceite.

Sé que sí. Que podría sobreponerme al ermitaño, bordear la noche sin luna, y nada pasaría, y todo seguiría dormido en el regazo de una horrible mujer a la que todos llaman odio, nudo acometido por los dioses, monótono vacío.

Ahora seré la alegría del jarabe que les dan a los niños mientras lloran, y se aprietan la boca, y conducen sus vidas a este punto. Ser para sentir la tarde grande y desgastada del nuevo mes de agosto, ser para perder otra batalla llena de victorias.

Me he ganado el aliento, me he ganado la nostalgia de los bufones, he sido condecorado por las aves del mar, un mar que habrá de ser mi mundo, un mundo tierra adentro. Un lugar del que aprender que, si he de ser, es para comprender la verdad de mi existencia. Y que la valentía consiste, lo sabéis, en ocultar el miedo.


(En Momento. Poesía reunida I, 1995-1999)

 


FELIPE DONOSO SUÁREZ


Ingeniero Civil. Ganador del I Concurso de Poesía Eduardo Carranza en el 2003. Participó en el XVII Festival de Poesía de Tenjo y en el XXI Festival Internacional de Poesía de Bogotá como uno de los ganadores de la convocatoria Nuevas Voces para la poesía colombiana. Algunos de sus poemas han sido publicados en antologías poéticas y revistas digitales. Su primer libro de poesía El Reino del Hombre ha sido publicado en el 2020 por El Taller Blanco Ediciones.  


Jenófanes

Yo pensaría que los dioses del bosque
Están llenos de raíces
Y contemplan el devenir de la tierra.

Yo pensaría que los dioses del desierto
Tienen forma de corteza
Y se arrastran por la lluvia.

Los dioses de la tierra sueñan con el río.

Pero nada sé sobre los dioses de los hombres.
Más allá de esta niebla
Ya no hay luz ni pensamiento.

Yo seguiré caminando por el mundo
Siendo pájaro o fuego.
¿Será ésta la forma del universo?
¿O será aquel silencio lo único que existe?


Balam

Si algún día te preguntan sobre Dios,
Diles que vienes de los valles del Nahuel,
Y que más allá del río,
Donde se oyen los tapires,
Algo viene caminando


Lo sutil

El viento,
Deslizándose sobre la piedra,
Tallándola.

Todo lo sutil es invisible,
Como el agua que al tocar la raíz
Desaparece.

 

 

FERNANDO LINERO MONTES


Nacido en Santa Marta, Colombia el 4 de octubre de 1957. Linero realizó estudios de música en el Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia. La característica tonalidad lírica presente en sus textos, evidenciada de manera expresa en los títulos de tres de sus libros publicados: Sonata del Sonámbulo (Pijao Editores, Biblioteca de Autores Colombianos. No. 1 Bogotá, 1980), La risa del Saxo (Cuadernos de Poesía Ulrika. Vol. Bogotá, 1985), y Lecciones de fagot (Universidad Nacional de Colombia, 2005). Desde 1977, reside en Bogotá, donde vive de, y se dedica a, la música, de cuyo género creativo –ejercido en el espacio del son, el bolero y el jazz- ha creado y producido trabajos ligados a la poesía como el compacto musical El poeta canta dos veces (El habitante de la bahía producciones, Bogotá, 2003). Del pensamiento humanista intrínseco al poeta, dan cuenta sus libros Aparte de Amor (Escritores en un Nuevo Siglo. Centro Colombo Americano, 1993.), Guijarros (Fundación Simón y Lola Guberek. Bogotá, 1990), Palabras para el hombre (Editorial Magisterio. 1999), Experto en tachaduras ( El zahir editores, Villavicencio, 2010) y Cuaderno de insectos y otros poemas (Ediciones Pluma de Mompox, Cartagena, 2011). En el 2010 la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia publica la plaquette Un oficio. En el 2015 la Universidad Externado de Colombia publica la antología La risa del saxo en su colección un libro por centavos. En el 2016 el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, le rinde un homenaje y es publicada, en asocio con el Instituto Caro y Cuervo, la antología de su poesía Acaso por el canto. En el 2017 sale su producción musical Linero canta Linero. En el 2018, en compañía del poeta Robinson Quintero Ossa publica el C.D. Bar2Tango.


Hormigas


Bajo la endecha de las hojas que caen

vadean arroyos, cruzan patios,

suben y bajan con lentitud las paredes,

entran en los graneros.


Entre hierbas y tapias ruinosas

vienen de todos los rumbos,

en hileras, con sus cargas diversas.


En lo oculto de los peñascos,

entre secretos troncos,

la paciencia de las hormigas.

 

Mosquito


Sobre el abrumado recuerdo de la niñez

el mosquito gira sin pausa

por encima del misterio de la vida

con su música desventuradamente eterna

sobre la anchura de la humana tristeza,

despiadado

escoltando el sombrío viaje.


Un perro


Para Pronto, Gonta, Printa, Lex, Cornelio, Martina, Luna y Mandinga


I

Tu disposición me recuerda

que el tiempo no se toma su tiempo.

Con la virtud de la simpleza me esperas,

y en el camino piensas por mí.

Te sabes conocedor del secreto de la mosca.

Mientras te echas al lado del silencio

escribo estos versos

para tus ojos transidos de firmamento,

que en el mar de los días me siguen,

y así durante un frágil minuto

me reconcilio con el mundo.


II

Para soportar la hora recóndita y afanosa;

para resistir en el abandono de la ciudad

la sirena taciturna de ese buque distante que me busca;

para no morir con esto que desde la soledad del hombre fundo,

un perro basta.


Mirando el mar


Quien busca la poesía encuentra el fracaso

Jean Paul Sartre


La poesía es un juego perdido de antemano, me dicen los murmullos plateados del mar. Atravesado de luna, en el sueño del mundo, soy un expulsado hacia el más extraño de los oficios del hombre. Sé de mi condición de desterrado, condenado a su luz crepuscular, a la lucidez que provoca su fiebre. Y acaso estaba oculto en el destino, en el fondo del agua.


El otro, el mismo

Al otro, a Borges es a quien le ocurren las cosas

J. L. B.


Distingo muy pocas cosas del otro. No sé qué tanto le conozca. Yo no tengo nombres ni apellidos, es él quien los ostenta. Es a él a quien le ocurren las nieblas y el mar, los pájaros y el viento. Yo permanezco en un sin lugar literario, lejos de la dignidad de la prudencia. En el vacío de la ventana lo veo observar el fuego del mediodía, su brillante rueda.

Advierto muy pocas cosas del otro. Acaso sólo tengo sospechas. Le conozco de oídas porque es él quien levanta la voz. Yo solamente he palpado, he balbuceado.



FRANCESCA CRICELLI


Francesca Cricelli è poeta e traduttrice letteraria. È dottore in ricerca in Letteratura e Traduzione presso l’Università di San Paolo, Brasile (2019) con una tesi su Giuseppe Ungaretti e le sue lettere a Bruna Bianco, archivio scoperto e curato da lei. In Italia ha pubblicato Repátria (Carta Canta, 2017) e il prossimo anno sarà pubblicata una raccolta di poesie di Fernando Pessoa tradotte da lei per Interno Poesia.


É UMA LONGA ESTRADA REPATRIAR A ALMA


Há que se fazer o silêncio

para ouvir os dedos

sobre o velho piano da ferrovia

é uma longa estrada repatriar a alma

a rota é na medula

descida íngreme

ou subida sem estanque –


demolir para construir

e não fugir do terror sem nome

de não ser contido

apanhado, compreendido

é preciso seguir adiante

no fogo e sem ar

e se a dor perdurar

é preciso ser destemido

para espelhar o rosto

em outros olhos

distantes como num espelho.



[Repátria, São Paulo, Selo Demônio Negro, 2015]

ES UN LARGO CAMINO REPATRIAR EL ALMA

 

Hay que hacer silencio

para oír los dedos

sobre el viejo piano de la estación

Es un largo camino repatriar el alma

en el fondo la ruta es

 un abrupto descenso

o una salida sin pausa- -

 

demoler para construir

y no escaparse del terror sin nombre

de no ser incluido

apañado, entendido

es preciso seguir adelante

en medio del fuego y sin aliento

y si el dolor perdura

es preciso ser audaz

para mirarse

en otros ojos

distantes como en un espejo.


[traducción de Francisco Lários en 16 poemas +1, São Paulo, edição de autora, 2017]

AZUL


Há algo triste no azul dos teus olhos,

algo perdido e infinito neste azul dos teus olhos,

algo de azul

no triste dos teus olhos.

Há algo de teus olhos neste triste azul, algo perdido

no infinito do azul dos teus olhos,

algo infinito no azul perdido dos teus olhos.

Há algo azul

no infinito triste

dos teus olhos

perdidos.


[Repátria, São Paulo, Selo Demônio Negro, 2015]

AZUL

 

Hay algo triste en tus ojos azules,

algo perdido e infinito en este azul de tus ojos,

algo azul

                   en la tristeza de tus ojos.

Hay algo de tus ojos en este triste azul, algo perdido

                   en el infinito del azul de tus ojos,

algo infinito en el azul perdido de tus ojos.

Hay algo de azul

en la infinita tristeza

de tus ojos

perdidos.


[traducción de Francisco Lários en 16 poemas +1, São Paulo, edição de autora, 2017]

CAMINHA INVISÍVEL

 

Caminha invisível o amor

na multidão doída e apressada

entre olhares dispersos.

 

O amor caminha só,

anjo atravessado por passos rápidos.

 

É menos do que um mendigo o amor

na hora do rush, na plataforma dos trens

e a cidade incandesce

minutos antes do pôr do sol.


[Repátria, São Paulo, Selo Demônio Negro, 2015]

CAMINA INVISIBLE


El amor camina invisible

entre la multitud adolorida y atrapada

por miradas dispersas.

 

El amor camina solo,

ángel cruzado por rápidos pasos.

 

Es menos que un mendigo el amor

en la hora del intenso tráfico, en la plataforma de los trenes;

y la ciudad se muestra incandescente

minutos antes de la puesta del sol.


[traducción Francisco Lários en 16 poemas +1, São Paulo, edição de autora, 2017]

REMOVER DO CORPO AS CROSTAS DO SILÊNCIO

 

No se puede contemplar sin pasión.

Borges

 

Remover do corpo as crostas do silêncio

tudo que é vivo e exposto grita

e gira, pela avenida

a dor se junta ao rumor.

 

Para chegar à clarividência

procura-se um ritmo, qualquer um,

que descompasse as artérias –

 

a vida enverga sobre a avenida

no peito só a voragem do eterno,

a fração do abalo sísmico,

desenha na mão cataclismos.


[Repátria, São Paulo, Selo Demônio Negro, 2015]

ARRANQUENSE DEL CUERPO LAS COSTRAS DEL SILENCIO

 

No se puede contemplar sin pasión

Borges

 

Arránquense del cuerpo las costras del silencio

todo lo que está expuesto y vivo grita

y gira en la avenida,

el dolor se junta al rumor.


Para alcanzar la clarividencia

búsquese un ritmo, cualquier ritmo

que haga perder el compás a las arterias –


la vida se arquea sobre la avenida

en su pecho nada más que la vorágine de lo eterno,

el fragmento de la onda sísmica

dibuja en la mano cataclismos.


[traducción de Francisco Lários en 16 poemas +1, São Paulo, edição de autora, 2017]

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