¿Sabías que...? La creación de hospitales en el Nuevo Mundo. El orgullo del Imperio Español


Por Juan López Giménez


Al contrario de lo que hicieron el resto de países (Inglaterra, Francia, Holanda, Bélgica, Portugal, etc.) en todas sus colonias y hasta el mismo s. XX, España desde el comienzo de su colonización sembró Hispanoamérica de hospitales gratuitos para todas las razas (atendidos en sus propias lenguas) y condiciones sociales sin separación entre ellas.

Los Reyes Católicos separaron el ejercicio de la profesión médica de la caridad religiosa, y atribuyeron al Tribunal Real protomédico las competencias de tribunal examinador a físicos, cirujanos, boticarios y herbolarios, quitándole la validez a los grados médicos otorgados por la Iglesia. Fue el primer país de Europa donde se hizo esto.

De igual forma, la gestión de los hospitales se reestructuró profundamente consiguiéndose hacia 1500 una organización y atención sanitaria muy superior al de resto de naciones europeas.

Enmarcada en estas innovaciones de la sanidad, y en relación con los territorios recién incorporados a la Corona, se desarrolló una política de Estado iniciada en cumplimiento del capítulo 12 de las Instrucciones que los Reyes Católicos entregaron en marzo de 1503, donde se ordenaba «hacer en las poblaciones donde se viere que fuera más necesario casa para hospitales en que se acojan y curen los pobres, así de los cristianos como de los indios», y recogida en las Leyes de Indias, la primera de las cuales en su Libro I, Título IV, ordenaba: “Que se funden hospitales en todos los pueblos de Españoles e Indios. Encargamos y mandamos a nuestros virreyes, audiencias y gobernadores, que con especial cuidado provean que en todos los pueblos de españoles e indios de provincias y jurisdicciones se funden hospitales donde sean curados los pobres enfermos, y se ejercite la caridad cristiana”. El Emperador D. Carlos, y el Cardenal Gobernador en Fuensalida a 7 de Octubre de 1541.

Y de igual forma, la Ley II del 13 de julio de 1573, establecía: “Cuando se fundare o poblare alguna ciudad, villa o lugar, se pongan los hospitales para pobres enfermos con enfermedades que no sean contagiosas junto a las iglesias, mientras que los enfermos con enfermedades contagiosas en lugares levantados y para que ningún viento dañoso pasando por los hospitales vaya a herir en las poblaciones.”

Consecuencia de esta política de Estado, España creó en todo su imperio una red de hospitales gratuitos para todas las razas, atendidos en sus propias lenguas, y con rentas asignadas para que fueran autosuficientes.

Entre 1500 y 1550 se construyeron unos veinticinco hospitales grandes en las Indias, al estilo de los que se describen a continuación, y un gran número de hospitales más pequeños. La mayoría de los grandes hospitales y muchos de los pequeños siguen en pie, y muchos funcionando como tales, y todos ellos forman parte del patrimonio protegido declarado por la UNESCO.

El resultado de esta política de construcción de hospitales y de universidades (ya comentado en este artículo), es que España creó más bienes catalogados como Patrimonio de la Humanidad, más ciencia y desarrollo económico y social en su Imperio que ningún otro país europeo en las edades moderna y contemporánea.

Hospitales creados en el Virreinato de Nueva España

Los primeros hospitales en fundarse fueron:

El hospital de San Nicolás de Bari, el primero en el Nuevo Mundo, se fundó en 1503 en La Española, actual República Dominicana, por el gobernador, Nicolás de Ovando, veterano de la conquista de Granada, y en cumplimiento del las órdenes de las reyes Católicos emitidas unos meses antes. Fray Bartolomé de las Casas no tuvo más remedio que aceptar que: “es un hospital muy bueno;...tiene veinte mil pesos de renta...(que para esa época era muy alta); ...y el beneficio de este hospital es muy grande y de gran cuidado y recaudo. Hay de ordinario cuarenta y cincuenta pobres”. En los quince años siguientes, Ovando creó tres hospitales más en Santo Domingo, Hospital de Buena Ventura, Hospital de la Concepción y el Hospital de San Andrés.

El hospital de Jesús, fundado en la ciudad de México en 1521 por Hernán Cortés. El diseño fue pensado por Cortés y por el primer médico que llegó a Nueva España desde Europa, el sevillano Pedro López, que se inspiró en el hospital de las Cinco Llagas construido en la capital hispalense. La construcción fue tan buena que en la actualidad se conservan sus patios, escaleras, artesonado, pinturas, etc. Cortés lo pensó para que prestara servicio sin distinción entre españoles, indígenas y castas; y lo financió con donaciones, dejándole en su testamento las rentas de sus inmuebles en la Ciudad de México. El primer director de este hospital, nombrado por Cortés, fue fray Bartolomé de Olmedo, que había bautizado a doña Marina y celebrado la primera misa en Tenochtitlán.

Fue en este hospital donde, a propuesta del español Juan de la Fuente, nació la Facultad de Medicina de la Real y Pontificia Universidad de México, la actual Universidad Nacional Autónoma de México. Y en este hospital es donde en 1956 se realizó la primera cirugía a corazón abierto practicada en Hispanoamérica.

El hospital de San Lázaro, también se fundó por Hernán Cortés y el doctor Pedro López en la Ciudad de México, entre 1521 y 1524. Fue el primer hospital de Nueva España dedicado a los contagiados de lepra, ya fueran españoles o indios, mestizos o mulatos, seglares o religiosos, nativos o extranjeros.

En 1531, y para atender a los indígenas enfermos de sarampión, se crea el hospital Real de San José de Naturales en Ciudad de México; y en 1534 se levanta el Hospital de San Cosme y San Damián.

Desde 1563 en España, Felipe II, impuso el Protomedicato, lo que exigía título universitario y dos años de prácticas para ejercer la medicina; esto mismo lo impuso en las Indias a partir de 1570, lo que permitió que los profesionales americanos, que ya se formaban en la Universidad de México desde 1551, no tuvieran que venir a España a examinarse. Los primeros licenciados en Medicina en los territorios ingleses datan de 1765.

Por falta de espacio no se incluyen en este artículo otros hospitales de aquella primera época, como fueron el Hospital Real de San José de Naturales, el Hospital Real de Naturales, Hospital del Amor de Dios, el Hospital Real de Nuestra Señora de Belén, el Hospital de San Hipólito, fundado por el utrerano fray Bernardino Álvarez, que en 1566 creó en Ciudad de México el primer hospital dedicado únicamente a enfermos mentales en América; etc.

Hospitales fundados en el Virreinato del Perú

Los primeros hospitales que se fundaron fueron:

Entre 1533 y 1792 la Corona española edificó en este virreinato cincuenta y nueve hospitales, de los cuales veinte se construyeron en Lima. Y en todos ellos se daba alojamiento, curación material y espiritual, ropas y alimentación a los necesitados pobres y enfermos, sin distinción alguna. A finales del s. XVIII, Lima era la ciudad de Hispanoamérica con mejor asistencia hospitalaria.

En 1534, por orden de Felipe II se construyó en Quito, el gran hospital de la Santa Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo, que estuvo activo 409 años; se fundó para curar y atender a los naturales de las tierras conquistadas y a los nacidos en España. En 1548 se construyó el hospital de Santa Ana, financiado por el arzobispo de Lima, Gerónimo de Loayza. El hospital Real de S. Andrés se fundó en 1552, financiado por el virrey, Andrés Hurtado de Mendoza, quien le asignó importantes rentas; este hospital fue el principal del virreinato, y a él acudía la gente adinerada de Buenos Aires, Quito, Santiago de Chiles, etc. El hospital de Santa María de la Caridad, fundado en 1559, estaba destinado a mujeres enfermas (negras, blancas, mulatas y mestizas); también era colegio para muchas pobres, a las que se les daba dotes de cuatrocientos pesos a cuarenta o cincuenta casaderas al año; y también servía de refugio para viudas y divorciadas. En 1563, Antón Sánchez fundó el Hospital de San Lázaro, para los enfermos de lepra.

Nuevamente, por falta de espacio no se incluyen en este artículo otros hospitales de aquella primera época, como fueron el Hospital del Espíritu Santo, u Hospital de Mareantes, la Casa de Divorciadas, la Casa de Huérfanos y Expósito, el Real Hospital del Espíritu Santo u Hospital para los vencidos, etc.

¿Cuándo hicieron los ingleses, franceses, holandeses, belgas, o portugueses en sus respectivas colonias, algo no ya igual sino lejanamente parecido a la política sanitaria realizada por España en sus dominios del Nuevo Mundo?

Y es de destacar que todo aquello ocurría cuando por la reforma protestante, en los países por los que se fue extendiendo, se habían suprimido las órdenes religiosas y los conventos, y los cuidados sanitarios a los pobres habían casi desaparecido. Baste recordar, como ejemplo, que Enrique VIII, decretó la confiscación de los monasterios, y que los príncipes alemanes hicieron lo mismo con los bienes de la Iglesia católica en sus respectivos territorios, lo que llevó a la desaparición de los monasterios y de las obras sociales que ellos mantenían.

Y este afán de construir hospitales gratuitos para todos los hispanoamericanos, se mantuvo en los siglos siguientes, hasta la independencia.

En la actualidad, los miles de enfermos sin recursos que vagabundean por las calles de muchas ciudades de Hispanoamérica, sin que se les preste atención sanitaria alguna, están convencidos de que su abandono se debe a los conquistadores españoles, tal como les contaron desde la independencia de sus países, sin poderse imaginar siquiera los derechos sanitarios y hospitales que, en su día, disfrutaron sus antepasados antes de la independencia.

Nuevamente, tenemos que plantearnos lo que nos decían en un WhatsApp: “¿Con qué cara, díganme Vds., con qué caradura, nos dan lecciones de colonización y de respeto a las poblaciones indígenas los británicos, franceses, holandeses, belgas, portugueses, etc., y con qué cara de idiotas las aceptamos los españoles?” Pues eso, ¿con qué caradura, cinismo e hipocresía...?, y ¿con qué cara de idiotas...?

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