Son muchos los que esta noche han llegado hasta tu casa
y te piden un lugar donde cobijarse.
El hombre errabundo que lleva miles de siglos en su espalda.
La muchacha que apareció de pronto en primavera.
La bailarina que abandonó los escenarios por un amor imposible.
El héroe exiliado en una tierra inhóspita.
El frágil caballero que vendió su fortuna a un comerciante.
El bandolero que pidió perdón a sus víctimas.
El sabio, desnudo y sin equipaje.
El mago que interpretaba el lenguaje de las nubes.
El mísero y el cobarde.
La dama montada en un corcel.
El despistado hombre de negocios.
El usurero y el alquimista.
El desheredado y el oportunista.
El aventurero que olvidó el camino de regreso.
El niño que nunca llegó a nacer.
Son muchos los que han llegado a tu casa esta noche.
Cubiertos de polvo y andrajosos,
con la mirada perdida, implorando un poco de piedad.
Ya no son lo que fueron,
si alguna vez fueron algo.
Te piden un lugar donde cobijarse
y no hay nada más grande que tu corazón.