Por Bruno Echedo
Noche oscura que ofrenda miedo,
que siembra desconfianza y cosecha silencio.
Así transcurre el tiempo,
en una noche oscura.
Gentes sin nombre caminan sobre el empedrado pulido,
como entes sin razón ni destino.
Tienen boca, pero no pueden besar otras bocas;
tienen manos, pero no pueden tocar otras manos.
Cuidando de no hacerse caminan, confundidos, paranoicos.
Almas vacías... corazones sin dueño.
Lápidas sin epitafio.
Refugiados en el pánico desesperan, desorientados y sorprendidos...
Aquellos que no se ponen de acuerdo si pelear o defenderse.