Por Ezequiel Tena
Diversión y cabreo; paciencia y tristeza; hastío, estrés, locura, cabreo; determinación y confusión, cabreo; laboriosidad y cansancio, cabreo; prisión y vuelo de la imaginación, enajenación, cabreo. Cabreo y espera. Nada es puro para los sentidos. Ahora cada cosa, cada una de ellas, se ve detrás del mismo velo. Que destila ira. Ira contra la tiranía. Ira del prisionero, ira del hombre esclavizado. El gobierno nos tiene miedo. Miedo: única deuda que tiene con la razón.
La ira es una emoción fría: aguarda, toma fuerza, condensa la voluntad acumulada al modo de un ejército que se congrega para la batalla, se alimenta de los sentimientos encontrados, no atiende a la música de los balcones porque le es ajena. Porque la ira es justa, el pensamiento punzante atraviesa el ruído como se desliza el cuchillo entre la mantequilla. Cada minuto acrecienta una violencia contenida. Quietud felina. La mente se disocia en prisión entre la supervivencia y el ansia de venganza. De justicia.