Por Ezequiel Tena
Crítica de la 'Topología de la violencia' de Byung-Chul HanLa sociedad de rendimiento exige un hombre en permanente reinvención de sí mismo. El proyecto siempre inacabable no le permite ser, manteniéndolo permanentemente en la persecución del yo-ideal. No hay parada para el hombre inacabado. El yo como objeto único no choca con lo otro como límite porque lo otro se ha desdibujado. La alteridad que lo conformaba en la sociedad disciplinaria de la modernidad temprana ha desaparecido, y con ello la conciencia, entidad de lo otro en el yo, responsable de negación y restricción. Se legisla contra el arcaísmo que supone la objeción de conciencia, pues conciencia es noción de presencia frente a lo otro. Promiscuidad, narcisismo, indiferencia (in-diferencia) y finalmente depresión y abulia son las derivadas naturales de un yo sin otro límite que el yo-ideal.