Por Manuela Sancho Fariña
Me gustaría saber transformar en el papel lo que ronda por mi cabeza...
La Naturaleza se ha vuelto contra nosotros, y lo ha hecho ella, porque por encima de ella hay un Dios tan misericordioso que no se atrevía a hacerlo… no se atrevía, no quería castigarnos. Pero la Naturaleza, que es sabia, ha dicho “hasta aquí hemos llegado”.
La sociedad humana se ha divido en tres elementos:
- Los malos, que van a ser cada vez peores.
- Los buenos, que van a terminar siendo santos.
- Y los que están en medio, los mediocres, los que “pasan de todo”, los que “con ellos no va”, los egoístas que sólo piensan en sus personas, en lo que les perjudica o beneficia.
Y nosotros -los mediocres-, que somos los pobres y no nos hemos esforzado en tener ni unas carreras, ni unos trabajos, ni conservarlos, ahora vivimos de gorra a costa de los ricos. Eso es indigno, ¡Es una vergüenza!
El ser humano trabaja, se esfuerza, ahorra… y no vive a expensas de los demás.
No quiero dejar fuera a toda esa gentuza que se creen empresarios, que no hayan sido capaces de tener en cuenta a sus empleados, a tantas familias que van tras ellos. Esa falta de ética, de moral, de vergüenza, de cumplir con el deber… también forma parte de nuestra sociedad.
Deberíamos cambiar todos. Si no lo hacemos, vendrá otro problema más grande con el tiempo: convertirnos en una auténtica basura.