El contexto en la crítica


He hecho exhaustivamente este comentario, apuntando las formas que puede adoptar un texto. Para que sirva a los alumnos como ejemplo de comentario de texto. Hago la crítica personal del texto, pero antes del contexto (del que el artículo que le envía su profesor carece). Creo que si lo estudian bien aprenderán mucho y le servirá para enfrentar críticamente el análisis de la masa enorme de información que estará presente en sus vidas, en la vida actual que más allá de la sobreinformación produce en mentes y espíritus deformación. Es relevante decir que el texto llegó a mis manos (a través de una alumna) carente de referencias a autor y medio de publicación. En principio y para el nivel intelectual de un segundo de bachillerato dichas carencias contextuales adolecen de un tufo adoctrinador. Por ello aprovecho la ocasión para afirmar que la crítica, para ser feraz y feroz, es antes que otra cosa desenmascaramiento. Porque obviar el contexto es una forma burda y efectiva de enmascarar la realidad. Un comentario de texto se queda corto: es necesario el comentario del contexto. En este caso deberá ser localizado. Esto hará más sugerente el ejercicio.

Al alumno se le exigen resumen y comentario. Obviaré el resumen. El texto original recibido por el alumnado –y titulado genéricamente como “Artículo”- es este:

ARTÍCULO

Las sociedades atrapadas por guerras cataclísmicas, depresiones o pandemias pueden volverse extremadamente sensibles al poder y al privilegio. Semanas antes de que el virus del coronavirus aplastara el mercado de valores de EE. UU., El senador republicano Richard Burr aparentemente utilizó información que obtuvo de su papel como presidente del comité de inteligencia del Senado sobre la ferocidad de la próxima pandemia para descargar 33 acciones en poder de él y su cónyuge. Se estimó que valían entre $ 628,033 y $ 1.72 millones, en algunas industrias que probablemente serán las más afectadas por el brote global. Mientras lloró públicamente la feliz conversación de Trump en ese momento, Burr confió a varios de sus patrocinadores políticos que la enfermedad sería comparable a la mortal pandemia de gripe de 1918. Luego, el mercado se hundió, junto con los ahorros para la jubilación de millones de estadounidenses. Incluso algunos expertos en Fox News ahora están pidiendo la renuncia de Burr. Cuando la sociedad enfrenta una amenaza común, explotar una ventaja especial es moralmente repugnante. Aunque sea tolerable Burring puede ser en tiempos normales, no lo es ahora. En tiempos normales, las corporaciones obtienen favores especiales de Washington a cambio de generosas contribuciones de campaña, y nadie se asombra. Recordemos el recorte de impuestos de Trump, que entregó $ 1.9bn a las grandes corporaciones y a los ricos. El coronavirus debería haber alterado los negocios como de costumbre. Pero el paquete de ayuda republicana del Senado de la semana pasada, que otorga a las aerolíneas $ 58 mil millones y miles de millones más a otras industrias, es puro Burring. El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, trató de distinguirlo de los notorios rescates bancarios de 2008. “No estamos hablando de un colchón financiado por los contribuyentes para las empresas que cometieron errores. Estamos hablando de préstamos, que deben pagarse, para los empleadores estadounidenses a quienes el propio gobierno está aplastando temporalmente por el bien de la salud pública”. Pero las aerolíneas son lo suficientemente grandes como para obtener sus propios préstamos de los bancos a tasas de interés muy bajas. Sus aviones y ranuras de aterrizaje son una garantía más que adecuada.

¿Por qué las aerolíneas merecen ser rescatadas? Durante la última década, gastaron el 96% de su flujo de caja libre, incluido miles de millones en ahorros impositivos del recorte de impuestos de Trump, para recomprar acciones de sus propias acciones. Esto aumentó las bonificaciones ejecutivas y complació a los inversores ricos, pero no hizo nada para fortalecer las aerolíneas a largo plazo. Mientras tanto, los cuatro transportistas más grandes ganaron tanto poder de mercado que aumentaron los precios en las rutas populares y redujeron los servicios (¿recuerdan el espacio para las piernas y los cheques de equipaje gratis?). El CEO de United, Oscar Muñoz, hizo su propio Burring el viernes, advirtiendo que si el Congreso no rescata a la aerolínea a fines de marzo, United comenzará a despedir a sus empleados. Pero incluso si se rescata, ¿cuáles son las probabilidades que United seguiría pagando a todos sus trabajadores si la pandemia lo obligara a dejar de volar? El rescate financiero sería para accionistas y ejecutivos, no para trabajadores. Si bien es generoso con las aerolíneas y otras industrias, el proyecto de ley republicano es absurdamente tacaño con las personas, que estipula un pago único de hasta $ 1,200 por cada adulto y $ 500 por niño. Unos 64 millones de hogares con ingresos inferiores a $ 50,000 obtendrían tan poco como $ 600. Esto no hará casi nada para ayudar a los perdedores de empleo a pagar sus hipotecas, alquileres y otras facturas durante la crisis, que se espera que sea al menos durante los próximos tres meses. El proyecto de ley sobre el coronavirus republicano es tan burroso como puede ser la legislación, exponiendo la estructura de poder subyacente en Estados Unidos tan claramente como el comercio de acciones de Burr. En esta crisis nacional, es igual de moralmente repulsivo.

Eche un vistazo a cómo las grandes corporaciones están tratando a sus trabajadores por hora en esta pandemia y verá más Burring. Walmart, el empleador más grande de Estados Unidos, no les da a sus empleados licencia por enfermedad remunerada, y limita a sus 500,000 trabajadores a tiempo parcial a 48 horas de tiempo libre remunerado por año. Esta política de Burring ahora está amenazando innumerables vidas. (En una encuesta, el 88% de los empleados de Walmart informan que a veces vienen a trabajar cuando están enfermos). Ninguno de los gigantes de la industria de la comida rápida - McDonald’s, Burger King, Pizza Hut, Duncan Donuts, Wendy’s, Taco Bell, Subway - tampoco les da a sus trabajadores licencia por enfermedad.

Amazon, una de las corporaciones más ricas del mundo, que pagó casi ningún impuesto el año pasado, ofrece tiempo libre no remunerado para los trabajadores que están enfermos y solo dos semanas de licencia pagada para los trabajadores que dan positivo por el virus. Mientras tanto, exige que sus empleados trabajen horas extras obligatorias. Esto es lo más irritante de todo: estas corporaciones se han asegurado de que ellas y otras compañías con más de 500 empleados estén exentas del requisito en la ley de coronavirus de la Cámara de que los empleadores otorguen licencia por enfermedad pagada. En un momento en que casi todos se sienten agobiados y temerosos, el uso del poder y el privilegio para explotar las debilidades y vulnerabilidades de los demás es moralmente intolerable. Todos estamos juntos en esto, o deberíamos estarlo. Cualquiera sea la forma que tome, Burring debe ser detenido.

Aquí mi comentario a “ARTÍCULO”:

COMENTARIO:

A) COMENTARIO DE CONTEXTO

Cuando se comenta un texto no basta el propio texto. Actualmente la opinión vaga prolífica (los textos se multiplican aditivamente y sin fin. Byung-Chun Han lo explica bien en su libro “El enjambre”) y la sobredosis de información resulta abrumadora. Y de algún modo, peligrosa. Porque no es sobreinformación o exceso de información lo que tenemos: es deformación. Que consiste en la imposibilidad de discriminar lo que se recibe porque no hay pausa que haga posible la selección. Sólo al ser conscientes de esta circunstancia invasora de la información podemos tomar tiempo y pausa. El espíritu necesita el sosiego. Dicho de otra forma: pensar requiere calma. Pero las “informaciones” se multiplican sin cesar, crecen de forma exponencial. Muy pocas informaciones al estilo clásico (las crónicas) obedecen a la mera inocencia en el saber. Casi toda la sobreinformación generada obedece a intereses diversos, que son los que imponen las distintas visiones del mundo. Porque parece que la visión ha  tomado el relevo a la vista, a lo observable. Tanto es así que la noticia no es el suceso: la noticia es la propia información y los distintos sesgos con que se transmite. Así, el contexto nos dice tanto o más del asunto tratado que el propio texto. ¿Quién detenta la visión? El que escribe: esa debe ser nuestra sospecha.

Dicho esto, me he tomado la molestia de buscar el contexto: el contexto no lo es al modo clásico. Puesto que la noticia es la propia información y no el suceso, debemos localizar al informante. sin más que pinchar en google el término “Burring”, en “noticias aparece:

"(Artículo publicado en el sitio web del Guardian , 22 de marzo de 2020).

Publicado por A l´Encontre el 22/03/2020.

Robert Reich, profesor de la Universidad de Berkeley, ex Secretario de Estado de Trabajo bajo la administración Clinton desde 1992 hasta 1997"

¿Es inocente el texto? La beligerancia de los demócratas contra los republicanos de Trump es proverbial. No olvidemos el recientemente fallido “impeachment” contra Donald Trump. Independientemente de las medidas adoptadas el llamado “Burring” oculta el hecho de que otro burring es posible: y deseado por el autor. En este contexto, las palabras de Robert Reich (demócrata)y su intento de ridiculización del adversario (en términos como “burring” y “burroso”) no deben ser tomadas como inocentes, ni siquiera las acciones financieras que enuncia/denuncia. El informante parte del punto que él prefiere para llegar al punto que él desea. Elegir el origen y el final de unas proposiciones es indudablemente un sesgo particular. Este sesgo puede ser olfateado localizando al autor.

Cuando se analiza un texto, la localización es esencial. Más hoy que nunca. Sólo así lo que es opinión seguirá siendo, por más que pretenda ser información, opinión. Es tarea filosófica, por el bien del saber, preservar el intelecto crítico.

B) COMENTARIO DE TEXTO

Después del contexto paso a analizar el texto.

En cuanto a su estructura, un texto puede estar sujeto a cuatro esquemas: analítico, sintético, de encuadre o en paralelo.

Analítico: se expone la idea principal al principio para luego ir arguyéndola.

Sintético: se enumeran una serie de sucesos o explicaciones para al final del texto extraer una conclusión. Las fábulas con moraleja serían un claro ejemplo de texto con estructura sintética.

Encuadre: se parte de la idea principal y a partir de entonces se avanza en la narrativa desde un suceso particular, se añaden ejemplos cada vez más sustanciosos que abarcan diversos aspectos colaterales de la cuestión para, finalmente, remarcar la conclusión que es justamente la idea principal de la que se parte.

Paralelo: se exponen varias ideas principales y cada una de ellas se apoya  y argumenta con un breve ejemplo.

El texto en cuestión parte de y llega a la misma idea. Está por tanto estructurado en encuadre. Comienza con: “Las sociedades atrapadas por guerras cataclísmicas, depresiones o pandemias pueden volverse extremadamente sensibles al poder y al privilegio”. Y termina con: “En un momento en que casi todos se sienten agobiados y temerosos, el uso del poder y el privilegio para explotar las debilidades y vulnerabilidades de los demás es moralmente intolerable. Todos estamos juntos en esto, o deberíamos estarlo.” Aunque la idea principal sirve al fin que persigue el artículo: “Burring  (Richar Burr) debe ser detenido”. La generalización “burring”, no obstante, viene a decirnos que la administración republicana debe ser denunciada y detenida, que hay que parar a Donald Trump. ¿Un apunte sobre el contexto? En noviembre de 2020 se celebrarán en Estados Unidos elecciones presidenciales. Las primarias demócratas de estos pasados meses ya han arrojado candidato (Joe Biden). Los demócratas afilan los cuchillos de cara a las presidenciales.

No obstante presentar la estructura de encuadre, y para que no perdamos de vista el objetivo, remarca a mitad de texto: “Cuando la sociedad enfrenta una amenaza común, explotar una ventaja especial es moralmente repugnante”.

Otras ideas:

1) Analizando someramente el artículo, vemos que rige el criterio de oportunidad a la hora de enjuiciar moralmente las maniobras de los allegados al poder. Si identificamos” burring” con el uso de información privilegiada (a la que por su cargo Richard Burr podía tener acceso) en tiempos críticos, el autor califica la dicha especulación como moralmente repugnante. En lugar de uso, el autor indicaría abuso: “Cuando la sociedad enfrenta una amenaza común, explotar una ventaja especial es moralmente repugnante”. En cambio, sobre los tiempos normales, afirma : “En tiempos normales, las corporaciones obtienen favores especiales de Washington a cambio de generosas contribuciones de campaña, y nadie se asombra”.

2) Encabeza el artículo con la siguiente afirmación: “Las sociedades atrapadas por guerras cataclísmicas, depresiones o pandemias pueden volverse extremadamente sensibles al poder y al privilegio”. En principio no hay nada objetable en la sentencia. Es la idea principal del texto. A partir de este diagnóstico de la situación, el autor pasa a enunciar el tratamiento adoptado por el partido en el gobierno. Trata de situarse en el lugar del “pueblo” americano, empatizando con los damnificados, frente a los ricos con diversas afirmaciones: “el mercado se hundió, junto con los ahorros para la jubilación de millones de estadounidenses”. Veamos cómo el autor intenta identificar dos cosas como una sola: la acción de Burr, que sería mero uso de información privilegiada para beneficio personal (de él mismo y de los magnates), cosa que no solo sería reprobable sino punible, y el proteccionismo a las industrias en tiempos críticos. Cabe preguntarse cuál habría sido la receta demócrata. En España, por ejemplo, el gobierno socialista ha recetado lo contrario: los famosos ERTE cargan a las empresas la llamada protección social del trabajador. ¿Pueden las empresas asumir el coste de pagar las nóminas de sus asalariados en una situación de parálisis de la actividad? Calificados peyorativamente los empresarios como “los ricos”, pareciera de justicia que así fuera. Pero, ¿qué pasaría cuando saliendo del confinamiento nos encontrásemos un páramo desértico de empresas quebradas y persianas cerradas? Para la identificación empática con el pueblo maltratado, las medidas de protección social son un a priori (algo que el autor y su ideología dan por supuesto). Algo de lo que se parte como axioma o verdad incuestionable: ¿es realmente así? Para un análisis filosófico de la encrucijada actual es fundamental preguntarse: ¿Cómo se protege mejor al pueblo? No debemos obviar que el debate ideológico tiene unos de sus cogollos, como ramificación de su núcleo, en la cuestión económica.

Es obvio que mi comentario –por ende el de cualquier alumno- es una crítica. Por lo tanto el comentario dejará claras las dudas que me suscita y posiblemente traslucirá mi forma de pensar. Pero en la medida de lo posible un comentario tratará de desenmascarar aquellos puntos tomados como axiomáticos. Esto es: el ejercicio crítico tratará de localizar las premisas de las que el autor parte y cuestionarlas: entre la refutación y la aceptación el ejercitante hallará el propio criterio de evaluación. De pensamiento no secuestrado.

Por último el alumno debería proponer un título al artículo.

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