Tiempos nuevos, tiempos salvajes


Con el asunto repentino de la moción de censura sanchil, me ha venido a la cabeza una canción de los Ilegales como fuerza inspiradora: Tiempos nuevos, tiempos salvajes. Por si a alguien no les suenan o no los conocen, diré que los Ilegales tuvieron su momento de gloria en los 80 y llegaron a tener mucho éxito.

Asturianos de origen, se caracterizaron por un rock puro y simple, de bajo, batería guitarra y voz, de letras corrosivas, de melodías pegadizas y que sin duda, nos dejaron canciones de las llamadas míticas, de esas que pueden sonar hoy en cualquier bar de copas en cualquier sitio y mucha gente aun las reconocería.

Su líder, Jorge Martínez, era un tipo calvo, alto y feo, de esos de película de miedo, con una conversación tan surrealista como genial, como geniales fueron muchas de sus canciones, con sus letras sin complejos y sus solos memorables. Ahí quedaron canciones como La fiesta, Europa ha muerto, Ángel exterminador, Yo soy quien espía los juegos de los niños, Soy un macarra, o la irónica Heil Hitler, donde recordaba a los hippies que había una cosa “que se llama jabón”.

El problema ahora es que no se trata de ninguna canción. El problema es que estamos en “tiempos nuevos” y mucho nos tememos que sean “tiempos salvajes”. Que el presidente sea Sánchez, una versión todavía más degradada del zapaterismo, y que esté apoyado por gente literalmente totalitaria sin ningún respeto a la propiedad privada o al mero decoro como Pablo Podemos y que encima esté detrás toda antiespaña tipo ERC, PdeCat, Bildu o el PNV es muy preocupante.

Podemos estar de acuerdo y lo estamos en que el gobierno Rajoy era totalmente impresentable por muchas razones y que merecía estar fuera del puesto. A su cobardía habitual, de no dar una sola vez eso llamado “la batalla de las ideas” por puro complejo incompetente, de su falta de empatía de discurso, de su frialdad hueca en el fondo y la forma de las cuestiones, se le unió la sentencia aun no firme de la Gürtel. Cóctel letal.

Pero en lo que también estamos de acuerdo es que la solución Sánchez es todavía peor aunque sea como dicen, “temporal”.

Para el PSOE el concepto de nación (española) siempre le ha venido grande porque no saben ni quieren saber qué es eso de España. Desde la transición muchos de sus dirigentes y no digamos nada sus bases, han soltado la idea de que “España era un error histórico, una cosa salida del franquismo y que había que corregirlo”. La forma de hacerlo aun no la saben. Se han sacado de la manga eso de la “España federal” como si eso fuera el bálsamo de Fierabrás que todo cura. Lejos de curar nada, han empeorado al enfermo. El régimen del 11M se vio muy cómodo apoyando a todo nacionalismo, separatismo o todo lo que sea centrifugador de la idea de España y de gobernar para todos igual.

Nuestros recelos se basan también en el hecho de que estar en el poder, aun siendo un auténtico necio como fue en su día Zapatero o cobarde como Rajoy, te da mucha ventaja. Y te la da porque puedes influir y poco a poco, como gota malaya, tu discurso cale y se copie. Siempre existe eso de la erótica del poder, la que hace creer a los que no ocupan el poder o a los que se oponen a ese poder, que están equivocados o que duden de sus posiciones. Que eso al final sea malo para España pasa a ser secundario.

Y los peligros antes comentados se agravan cuando sabemos que en España no existen grandes medios nacionales de los llamados de “de derechas”, como en un país normal. Las televisiones van desde la izquierda hasta la extrema más descarnada, el llamado duopolio. Si no es Ferreras en la Sexta es Cuatro o viceversa que lanzan día sí y día también, sus andanadas de arcabuz o sus flechas con arco largo contra lo que se pueda oponer al pensamiento buenista o progre o pro-separatista. En el pasado debate de la moción de censura, la Sexta de Ferreras obtuvo un 28,6% del llamado “share”… Ahí queda eso.

Nos dicen a modo de “no pasa nada, no se preocupen”, que el mandato de Sánchez no será largo y que no acabarán la legislatura en 2020. Está todo por ver. Yo soy bastante escéptico con el tema. Un PSOE con 85 diputados apoyado por los susodichos es una cosa, aparte de poco legítima por muy legal que sea, absurda y disparatada porque representa todo lo que en un antiespañol renegado nacionalista ha estado deseando desde que decidió serlo.

Simplemente deseamos que el destrozo sea mínimo, que el tiempo pase porque no nos queda otra y que no lleguemos a la letra de “Tiempo nuevos, tiempos salvajes”. Eso, no.

Levántate y lucha
ésta es tu pelea
levántate y lucha,
no voy a luchar por ti.

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