La disculpa


Shapán era un país con una rica historia, que debía su nombre a los antepasados fenicios que la llamaron «tierra de conejos». En la antigüedad fue invadida por muchas naciones, lo que le dio una identidad cultural única, siendo una amalgama de muchas etnias, credos y culturas, pero formándose en una unidad que la hizo fuerte en ciertos períodos de su historia, donde sentirse miembro de esa nación era un orgullo y sus ciudadanos estaban dispuestos a derramar hasta la última gota de su sangre por su país.

Hubo una etapa de su historia en la que fue un imperio en el que no se ponía el sol en su territorio, y como cualquier otra nación de esa época, usurpó y conquistó; entonces era la ley del más fuerte. Pero a diferencia de otras naciones que fueron mucho más brutales, aniquilando en vez de incorporando, Shapán se mezcló con los nativos, les dio la lengua, la religión y su cultura, floreciendo desde el principio universidades, catedrales, leyes proteccionistas para aquellas poblaciones indígenas, etc. A cambio, los nuevos territorios del imperio les proveían de materia prima.

Los tiempos cambiaron y como todo lo que sube bajó; Shapán abandonó la hegemonía mundial, y pasó a ser una más de las múltiples naciones del globo. Pero no solo eso, sino que sus ciudadanos cambiaron; y en la aldea global en donde se escucha al que grita más y lo repite más veces, empezaron a creer en los enemigos ancestrales de la patria que divulgaron una leyenda negra para hacer daño a su competidor.

Estos actuales ciudadanos de Shapán, arrancados de su orgullo patrio estaban reducidos al sentimiento de culpa y juzgaban los hechos del pasado con la mentalidad «buenista» del siglo XXI. En especial durante las fiestas nacionales, estaban constantemente pidiendo disculpas por su pasado histórico. No comprendían que antes de ser «conquistadores» fueron conquistados, que lo mismo que acusaban a sus antepasados de ciertos horrores, fueron igualmente víctimas; pero nadie pedía cuentas a los actuales italianos por su pasado romano ¡qué disparate, cómo se le ocurriría a alguien semejante estupidez!. La historia para ellos solo era unilateral.

Esa actitud cobarde y victimista con su propia historia arraigó en las nuevas generaciones, todas despojadas de sentirse orgullosas de su nación. La actitud buenista y de tratar compensar arrastrándose ante el mundo entero sobre su pasado, de ser políticamente correcto y no promover el orgullo de tu nación, tu bandera, o tu religión y tu cultura, lo que forman los signos de identidad de una nación, tuvo sus consecuencias.
Shapán fue invadida por un país extranjero, y había tantos cobardes que solo pedían perdón y no defendían lo suyo, que fueron arrasados, masacrados y aculturados con facilidad sin nadie decir ni pío. Luego vinieron las lamentaciones (aunque algunos pensaban que encima hasta lo merecían). Era un hecho, en ese caldo de cultivo nacional, la guerra la habían perdido antes de empezar.

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