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| Sidney Nolan: Sky Awschwitz |
“Algoritmos e inteligencia artificial para examinar”, dice un titular. Máquinas zombies examinando a la gente. Aplicando fórmulas y programas rígidos y abstractos, o sea, idiotas.
Eliminando todas las sutilezas y las complejidades de la vida y de los que se examinan. Ya no hace falta sensibilidad, comprensión de lo nuevo o lo diferente, captación de la vida, apertura de miras, comprensión íntima.
No, solo hacen falta las fórmulas abstractas de lo que llaman “inteligencia artificial”, la frialdad y la abstracción de las matemáticas contra el calor y la concreción de la vida. Qué diría el gran Ernesto Sábato que ya decía en los años sesenta que nos cosificamos, que nos empobrecemos.
Que nos convertimos en engranajes. Que perdimos el alma candente. Claro, el alma no existe. Solo existen las fórmulas y los programas cerrados.
Asistimos a una idiotización colectiva y todos tan contentos. Las manadas de población se dejan hacer y manosear como si no tuvieran opinión ni personalidad ni vida. Porque no la tienen.
Y por eso tragan cualquier cosa y les metes en la boca cualquier cosa. Con tal de enriquecerte porque haces las cosas más rápido, a más gente, a montones de gente mecánicamente. Y ellos no dicen nada. Se dejan hacer de todo y les parece que es un progreso.
El empobrecimiento y la muerte les parecen un progreso. Hay un proceso de estupidez progresiva del planeta entero y a todo decimos que sí.
Cuántas cosas de la vida, de los examinados, se escaparán con esos algoritmos, con esa llamada inteligencia artificial, que no es sino lo mecánico muerto llevado a la cúspide. Cuantos se nos irá con esos métodos idiotas. Lo perderemos todo.
Pero todo se hará muy rápido y en mucha cantidad. Apuesto a que examinarán a cuatro millones en cuatro minutos. Y nos volverán a todos miserables. Que vivan las cadenas.