Ignorancia y retórica en Ciudad de México

Por Antonio Costa Gómez


Un recado para Steinbaum: ¿Ya arreglasteis lo de Chipas? ¿Los indígenas son aplastados por el la burocracia de Ciudad de México o por España? ¿Los zapatistas preguntaban por el gobierno de México o por el rey de España?

Yo estuve en Chiapas y los indígenas no parecían muy felices con los gobiernos actuales mexicanos.

¿Y ya aparecieron los 300 estudiantes? ¿Los tiene en su casa el rey de España? ¿Y los asesinos de mujeres en Ciudad Juárez? Por casualidad ¿los habéis encontrado ya? Lo siento, pero eso no ocurrió hace 500 años.

La ignorancia potencia a la retórica. La retórica potencia a la ignorancia. Las dos se potencian mutuamente y sustentan el poder absoluto. Marco Antonio, en Shakespeare, hace creer con su retórica a las masas Julio César no era un tirano.

Cortés ganó porque en México había una dictadura terrorífica del imperio azteca que tenía sojuzgados a muchos pueblos indígenas. Y estos estaban hartos y apoyaron a Cortés. No querían ya más que a miles de sus personas les arrancaran el corazón en vivo con cuchillos de obsidiana.

En México no había una situación idílica que los europeos malvados vinieran a perturbar. A los indígenas sojuzgados bajo la bota azteca nazi les valía cualquier cosa antes que el terror azteca. Ya se ve en esos dioses de bocas como martillos que nos enseñan con orgullo en los museos.

Si les dices que el europeo viene a cumplir un sueño, que es el dios Quetzacotal de la cultura y el abecedario que vuelve del mar, también ayuda. Los indígenas lo prefieren al dios azteca de dientes como martillos que se ve en el Museo Arqueológico de México.

Les echan la culpa a los españoles del siglo XV. Pero los gobiernos actuales mexicanos siguen machacando a los indígenas como si nada. No han mejorado un ápice. ¿Contra quién protestan los zapatistas? ¿Ya han resuelto lo de Chiapas? ¿O tiene que ir España a resolverlo?

¿Y dónde están los trescientos estudiantes desaparecidos? ¿Y dónde están los miles de mujeres asesinadas cuyos asesinos siguen tomando plácidamente tequila?

También los españoles le echamos la culpa de todo a Napoleón. Pero muchos españoles estaban hartos de Fernando VII el Indeseable, el rey absoluto que les hacía tragar la Inquisición y colgaba a los liberales como a las brujas.

Muchos españoles estaban hasta los cojones de la España tradicional indígena y no añoraban volver a ella.

Los americanos se quejan de las atrocidades que cometieron los españoles con los indígenas. Pero ellos siguen haciendo lo mismo ahora. Machacan a los indígenas y hacen retórica indigenista.

Y después de la independencia americana, con los españoles ya muy lejos, los americanos cometieron atrocidades contra otros americanos. Bolívar masacró una sublevación de negros contra él en Venezuela. Y se comportó como un dictador muchas veces.

Y los indígenas siguen tan machacados y marginados como siempre. Y los americanos se miran unos a otros por encima del hombro, por si tienen la piel más clara o más oscura. Y los americanos fuertes sojuzgan a los americanos débiles.

Y yo, desde España, escribiendo textos con mi humilde ordenador, no tengo intervención ninguna en ello. Solo tomo vino tinto y leo a Juan Rulfo.

Y los descendientes de los colonizadores españoles claman ahora contra sus abuelos. Pero lo hacen en lengua española No se vuelven a las lenguas indígenas ni a las religiones indígenas.

La ignorancia apoya a la retórica. La retórica apoya a la ignorancia. Y ambas con su vaciedad sustentan a los tiranos inflados.

¿Ya aparecieron los 300 estudiantes? ¿O vais a salir por la tangente siempre con gilipolleces y retóricas vacías? ¿La gente resucita con vuestros discursos? ¿Los indígenas de Chipas comen con vuestra retórica?

México es la dictadura perfecta, dijo una vez Vargas Llosa. Y tuvo la osadía de decirlo en la misma Ciudad de México, delante de un Octavio Paz que se cabreó mucho. Porque el Partido Revolucionario Institucional llevaba 70 años gobernando y prácticamente era el partido único. Y sin embargo hacía simulacros de democracia. ¿Qué se puede esperar de un partido que se llama “revolucionario institucional”?

La dictadura perfecta es aquella a la que no puedes llamar dictadura. La mayor astucia del diablo es hacer creer que no existe, decía Denis de Rougemont.

Steinbaum ¿ya aparecieron los 300 estudiantes? ¿Los tiene el rey de España debajo de la mesa camilla?

¿O los dejó morir el Obrador hinchado que parece un esperpento de Valle Inclán? ¿El mismo que ahora suelta retóricas a través de su marioneta?

Buscad por algún lado a los 300 estudiantes o mostrad de una puta vez sus cadáveres. Y meted en la cárcel a sus asesinos. Y hablad con los indígenas de Chiapas. Y dejad de reivindicar a los indígenas mientras aplastáis a los indígenas.

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