Frikismo cofrade



Por Pedro Jaén


Dice en su perfil de Twitter la autora Asun Blanco que en épocas de crisis, los artistas tienen dos opciones: denunciar la realidad que les rodea o huir de ella buscando la belleza. Y que ella optó por la segunda.
Que vivimos en crisis constante es un hecho. Y ya todo es discutible en esta sociedad ‘líquida’ en que vivimos: en las redes o en el mundo real te encuentras con personas que te discuten hasta que uno y uno sean dos. Postverdad, se llama ahora. Falta de valores, se decía hasta hace poco.
El caso es que la realidad desde luego es como para denunciarla constantemente. Las noticias sobre el asunto de los separatistas catalanes, lo de la juez que han puesto en el lugar de Dña. Mercedes Alaya para que finalmente el caso escandaloso de los EREs termine en agua de borrajas... ¿Cómo evadirse de esta realidad nauseabunda que nunca se arregla? ¿Cómo huir de todo esto y buscar la belleza, como decía la mencionada autora de LETRA LIBRE en su Twitter?
Aquí precisamente viene el “peligro”: la huida de la verdad y la búsqueda de la belleza pueden terminar transformandose en una especie de frikismo. En el caso concreto de nuestra Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Invicta y Mariana Ciudad, pueden aparecer perfectamente titulares en prensa del tipo “El Cristo de tal Hermandad será restaurado por Fulanito” en igual escala de importancia y transcendencia que otros de tipo político o económico. La gente tiene que entretenerse con algo. Igual que el fútbol. El problema que yo veo, desde mi humilde punto de vista, es que la esencia y la verdad de nuestra Semana Mayor se va perdiendo inevitablemente, porque el sentido religioso que ante todo debe prevalecer –si es que no mantenerse como el único sentido- va en detrimento de ese puntito friki de la discusión sobre qué manto debe llevar o no la Virgen, si la candelería que le va mejor es esta o aquella... Y como si un área de conocimiento fuera, encontramos a analistas, pedagogos, expertos y aprendices en ese submundo que viene tan bien para los que no saben con qué llenar su vida en determinadas etapas de vacío como puede ser la adolescencia, que últimamente nunca acaba.
No es esto una crítica destructiva. Yo pasé por ese mundo. Pero salí porque desde fuera ya lo vi en perspectiva y advertí del peligro a tiempo. Y es que la contemplación de la belleza de una u otra talla no deben estar reñidas con estar en este mundo, el real, y el saber darle a cada cosa su punto justo de importancia. ¡Casi na!

¿Qué te ha parecido?

Artículo anterior Artículo siguiente


__________


¿Te gustan los contenidos de LETRA LIBRE? Forma parte y aporta lo que quieras.


¡GRACIAS!