Por Kino Navarro
[Fotografía cortesía de Luis López]
Tan sola no me has dejado,Aquí sigo esperando,
que estoy conmigo y me basta
-igual que siempre lo he estado...
Concha Méndez
con la mitad del cigarro y una copa de vicio,
examinado a las nubes. No puedo sumarlas.
En este combate me he desorientado.
No hay reserva de amor destilado,
sólo sorbos ebrios. Aquí, lento.
Lento e inmenso,
afectado verso errado. Pálida asonancia
que no me deja atar los cordones del amor,
tétricamente lento.
40 grados y no hay sombra de tu estafa.
No es casualidad que el café con hielo
se diluya en travestismo. Muy lento.
No me digas nada. Tu reloj no marca
las horas. Eres la excepción irónica.
Ahora sé que da igual que estés,
que camines o te eleves. Todo sigue
tan lento, que no me equivoco químicamente.
Fumarte no produce cáncer, mirarte destruye
las células opacas que aún cohabitan
en esta celda oscura. Otra vez lento.
Aquí sigo esperando que se ahogue
la insoportable llama de amor viva.
Kino Navarro
Sevilla, junio de 2016