El investigador sevillano Daniel Pineda Novo defiende en su obra Juan Ramón y El Ateneo de Sevilla que "Juan Ramón se hizo poeta en Sevilla y especialmente en un pupitre del Ateneo tras recibir el aire de la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer".
En una entrevista Europa Press, el ensayista sevillano, cuya obra que forma parte de la Colección Literaria que edita el Ateneo en colaboración con la Fundación Cajasol, recalcó que la tesis que intenta hacer llegar a los lectores con su nueva obra es la de que "el poeta onubense se hace poeta en Sevilla, pues si no hubiese tenido ese contacto espiritual y humano con la ciudad, hubiese sido otro poeta distinto". "Juan Ramón es el que es porque tiene la esencia de la poesía pura y auténtica de Bécquer que captó en Sevilla", valoró.
El ensayo, que se presentó en la Feria del Libro de Sevilla, tras más de dos años de trabajo, se puede dividir en tres partes diferenciadas. El libro comienza con los primeros años juveniles de Juan Ramón en Sevilla, asistiendo a las clases de pinturas con el maestro Salvador Clemente. "Estas clases y su técnica le ayudarán en la maquetación y la tipografía de los libros y revistas", aseguró Pineda.
Asimismo, el volumen cuenta con una segunda parte en la que se refleja "el homenaje de amor espiritual en 1912 que le hace al poeta el Ateneo de Sevilla, cuando ya es una figura consagrada". Los jóvenes literatos que formaban el grupo Ariel, que son los precursores del movimiento Mediodía y de la Generación del 27, formado por José María Izquierdo, Pedro Alonso Morgado, Felipe Cortines Murube, Rogelio Buendía Manzano o Alfonso Grosso, entre otros, fueron los que promovieron los actos.
El grupo Ariel fue el encargado de impulsar la poesía y obra de Juan Ramón desde Sevilla al resto del país, siempre bajo la dirección de José María Izquierdo. Además se puede leer la vinculación de Juan Ramón con la revista 'Andalucía', órgano precursor del andalucismo histórico, y la revista 'La Exposición' o 'Bética'. También se tiene acceso a las cartas inéditas de la correspondencia que se estableció entre José María Izquierdo y Juan Ramón, o la del poeta con Rogelio Buendía.
Uno de los capítulos que Pineda consideró relevante es cuando se describe la visita de Jiménez en 1934 a Sevilla recibido por Joaquín Romero Murube, quien "hizo una crónica preciosa que se publicó en El Correo", según puntualizó el autor de la obra.
La tercera parte narra el nuevo homenaje con motivo del Premio Nobel recibido por el poeta onubense, acto organizado por los viejos amigos de Juan Ramón en Sevilla. Así, le entregan al rector de la Universidad de Sevilla un retrato del Nobel de literatura para que ocupe un lugar en la galería de andaluces ilustres que en otros tiempos existía en el Rectorado de la Hispalense.