Por B.N.
Por un lado está bien que tengamos que pagar ciertos servicios en pro de instituciones públicas y de uso frecuente (como ejemplo el hospital) o personas incapacitadas para trabajar, pero lo que no me parece bien es que se tengan que pagar cosas que uno no utiliza y a las que no acude nunca, por ejemplo un colegio público y lo que conlleve (materiales).
También es cierto que a veces se hace un abuso de ese impuesto y que eso es regalar el dinero que tú te has trabajado en tus horas laborales. En ese sentido, sin duda, sería mejor el sistema utilizado en América, que como decir “búscate la vida”, pero con el que uno tiene la total libertad de pagar aquello de lo que desee hacer uso, ya sean canales de televisión, servicios sanitarios, escolares, en la carretera, etc. Si bien es cierto que allí si no te haces un plan de pensiones estás perdido, o eso o trabajas. Lo mismo ocurre con el paro, aquí cobras algo mientras que allí no cobras nada.
Ambos sistemas tienen sus pros y sus contras, con lo cual estaría bien coger todo lo bueno de ambos y juntarlos, de modo que el resultado fuese tener la posibilidad de elegir el tipo de servicio público que quieras subvencionar (de ese modo podrías acceder a ese servicio “sin tener que pagarlo” previamente). En cualquier caso, si no fuera por esos dos últimos contras del sistema estadounidense probablemente me pensaría escogerlo, sin embargo me parece más ventajoso este sistema, aunque tenga sus agujeros.