Más de 40 millones de víctimas lingüísticas
Por Pablo Rejano

En una de mis mañanas disfrutando del litoral andalú, hablaba yo con una amiga de más o menos mi edad. Esta amiga mía había estado en Málaga con un grupo de vascos y bueno, contándome sus experiencias me cuenta “y para que no me enterase pues hablaban en euskera”. Si fuese una víctima cualquiera de la LOGSE, esa frase no me habría ni exaltado ni extrañado.

No me miren raro, yo es que hablo andalú, castellano por defecto, y me “repatea” estas moditas de decir “euskera”, “Euskadi”, “Girona”, “A Coruña”, “L’Hospitalet”. Yo no soy de esos cerrados que dicen “en España se habla españó” (bueno, un poco sí). Si en estas regiones bilingües se han creído esto de la inmersión lingüística no significa que nosotros también que el resto del país nos lo tengamos que creer. El problema no es que en cataluña (que no “Catalunya”) se imponga hablar el catalán (y el que me diga que no es así, le meto dos cosquis) o en País Vasco (que no “Euskadi”) el vascuence. Sino que también quieren que lo hablemos el resto de castellanoparlantes sin importar si somos de Madrid, Sevilla o Morales del Toro (Castilla y León). Y lo peor es que lo están consiguiendo:


Este cartel está en una de las salidas de Madrid, en la misma provincia. Este cartel NO está en castellano, sino en gallego. En castellano es La Coruña, en gallego “A Coruña”. En el telediario ya se escucha “hay un incendio en la provincia de Girona y se está extendiendo hacia Lléida”. En un telediario que escuchamos el resto de castellanoparlantes.

Aunque pueda parecer que no, yo no estoy en contra de estas lenguas regionales. Si quieres hablar en gallego, hazlo. Si quieres hablar en vascuence, hazlo. Si quieres hablar valenciano, hazlo. Pero no nos obliguen al resto de castellanoparlantes hablarlo en el telediario, películas o en la calle.

Y es que por mucho que se me emperren, señores nazionalistas (porque siempre son los mismos), yo no voy a decir “voy a euskadi”. Porque ni digo “voy a London” o “mi primo está en Deutschalnd” o “hay un incendio en 上海” (no te me sulfures, ahí pone Shanghai, ciudad china).

Como habrás podido ver, siempre he usado el término “castellanoparlantes”, porque eso es lo que soy. No voy a entrar en el típico debate de “ a vé cuá nación eh mejó”. Hablo de personas, no de naciones ni territorios.

Siempre en defensa del castellano. Es la segunda lengua con más nativos y en China se está empezando a enseñar por encima del inglés. Si unos no quieren hablarlo, allá ellos, pero que no me obliguen a olvidar la lengua que hablo, que entiendo y con la que sueño.

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