El Grupo del 27 - Introducción


Introducción

Nacidos alrededor del cambio de siglo, este grupo poético, también llamado "generación" forman un grupo con importantes conexiones entre sí. Sin embargo, éste es un grupo de poetas, es decir, cada uno de sus miembros mantiene una identidad creativa propia y ninguno de ellos se convierte en el líder o dirigente de la obra de este grupo. Todos ellos se consagraron como poetas exitosos antes de 1936, año en que estalla la Guerra Civil y se rompe el momento más interesante de la poética española. Esta guerra aniquilará la vida cultural española. Algunos, como García Lorca, son fusilados, otros encarcelados, como Miguel Hernández y para la mayoría les aguardaba el exilio. Tal es su importancia que, ya entrada la posguerra, fueron gente del grupo como Aleixandre, quienes contribuyeron a resucitar la poética española.

El nombre del grupo se debe a la primera ocasión en la que el grupo se reunió y tomo conciencia de su identidad común. Eran todos poetas jóvenes, amigos entre sí, cuyas obras deslumbraban a todos. El motivo de esta reunión fue la celebración en el Ateneo de Sevilla del tercer centenario de Luis de Góngora, poeta "redescubierto" por los jóvenes poetas.

Características

Muchos discuten su carácter de "generación literaria". Sin embargo, cumplen los requisitos para serlo. Las fechas de nacimiento oscilan entre 1892, con Pedro Salinas, y 1902, con Rafael Alberti (como añadido encontramos a Miguel Hernández, nacido en 1910). Por otro lado, son hombres con una formación semejante, todos universitarios (de nuevo Hernández es la excepción). Por otro lado, tienen como maestro a un mismo poeta: Juan Ramón Jiménez. Además, todos ellos actuaron siempre como un grupo no sólo de poetas sino además de amigos.

Un rasgo sin duda excepcional de la generación del 27 es que no rompieron con las corrientes y estilos anteriores, sino que los respetaron y admiraron. El grupo del 27 es gracias a su intención sintetizadora el momento poético más rico y admirable de la poesía española.

Los poetas

Como ya hemos dicho, cada poeta tiene un estilo propio muy característico y, así mismo, evolucionan de distinta manera. Unos exploran el surrealismo (Aleixandre), otros una poesía más humana (Salinas) y otros aúnan las vanguardias con la poesía popular (Lorca y Alberti). Por tanto, esta es una generación en la que cada poeta merece un estudio particular y propio.

El orden cronológico es el siempre elegido a la hora de hablar del 27. El primero de ellos es el madrileño Pedro Salinas. Nació en 1892. Fue profesor de literatura en Sevilla, Murcia y Cambridge y tras el exilio en universidades norteamericanas y Puerto Rico. Murió en Boston en 1951. Escribió prosa y crítica poética (Jorge Manrique, Rubén Darío). Pero lo que sin duda destaca sobremanera en su obra son sus nueve poemarios. Los principales son La voz a ti debida y Razón de amor. Su tema central es el amor. Este amor es fluido y feliz, sin el típico rechazo de la amada. En esta comunión amorosa se emplea una poesía sencilla y elegante, con pocas rimas y escasamente marcadas y empleando versos cortos.

Jorge Guillén nació en Valladolid en 1893. Enseñó español en Paris y Oxford y después en Murcia y Sevilla. Durante la dictadura franquista se exilió en Estados Unidos. En 1975 regresó recibiendo el primer Premio Cervantes. Murió admirado por todos en 1984, en Málaga. Hasta 1957 Guillén reunió su obra en un único libro titulado Cántico, que fue ampliando en sucesivas ediciones (1936, 1945, 1950). La poesía de este poemario es sencilla y cotidiana. Formalmente genial, Guillén anda a medio camino entre la "poesía pura" y destellos radiantes y vitalísimos. En 1957 publica Maremágnum, en la que su obra se tiñe de pesimismo.

Gerardo Diego nació en Santander en 1896. Él fue uno de los pocos que no se exilió durante la dictadura. Desempeñó una labor docente en Soria y después residió en Gijón, Santander y Madrid, donde muere en 1987. Compartió con Alberti, en 1925, el Premio Nacional de Literatura. Su poesía se caracteriza por su variedad formal, temática y de influencias. Su obra es por tanto heterogénea y busca la perfección. Entre sus poemarios encontramos Manual de espumas, Versos humanos, Soria y su obra maestra Alondra de verdad (1941).

Dámaso Alonso nació en la capital de España en 1898. Catedrático, dirigió la Real Academia Española. Fue crítico literario, lingüista y poeta. Murió en su ciudad natal en 1990. Su obra comienza con poemas puros y sencillos. Sin embargo, tras la guerra, considera esta poesía esteticista aséptica y emprende una poesía más humana. En 1944 abre esta nueva etapa con Oscura noticia e Hijos de la Ira. En 1955, finalmente, publica Hombre y Dios. En esta segunda etapa trata de los temas eternos como la muerte, la injusticia, el dolor, etc...

Vicente Aleixandre nació en Sevilla en 1898 pero su infancia transcurrió en Málaga y en 1909 se trasladó a Madrid. Gracias a su amistad con Dámaso Alonso y a una grave enfermadad se dedicó enteramente a la poesía. En 1935 obtiene el Premio Nacional de Literatura con La destrucción y el amor. Fue miembro de la Real Academia Española y en 1977 recibe el Premio Nobel. Murió en Madrid en 1984. Su obra poética la componen Ámbito (1928), Espadas como labios (1932), La destrucción o el amor (1935), Sombra del Paraíso (1944) e Historia del corazón (1954). Su obra se centra en el hombre enamorado, ser elemental. Frente al amor opone la muerte y el dolor. Estas ideas tienen su momento cumbre con Sombra del Paraíso. En Historia del corazón Aleixandre mira más a su alrededor con poemas más cercanos y cotidianos. En la España de la posguerra influyó enormemente a los jóvenes poetas.

El granadino Federico García Lorca también nació en 1898. Su obra teatral es tan importante como su obra poética en la que destacan varias corrientes. Murió en 1936, fusilado. Su obra poética comienza con Libro de poemas (1921), de corte modernista y juanramoniano, si bien con sus primeros toques personales. Ese mismo año escribe Poema del cante jondo, publicado en 1931. En este poemario florece su estilo personal, con ecos populares y un colorido arraigado en el pueblo y los paisajes de Andalucía, combinando lo culto y lo popular. En 1924 escribe Canciones y comienza el Romancero Gitano. En Canciones emplea un tono puro lleno de metáforas y el segundo es de un tono más humano y fraternal. El Romancero gitano fue publicado en 1928 y aclamado por todos. Entre 1929 y 1930 escribe Poeta en Nueva York, poemario surrealista que protesta contra un mundo masificado, despiadado y deshumanizado como la ciudad americana. En sus últimos años publicó Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), Sonetos del amor oscuro y Diván del Tamarit (1936), influido por los antiguos poemas arábigo-andaluces. Así pues, en su obra se ve presente la poesía popular española, las imágenes difíciles de las vanguardias europeas, la poesía pura de Juan Ramón Jiménez y todo ello con un lenguaje personalísimo y magistral.

Rafael Alberti nació en la provincia de Cádiz en 1902. Siendo aún joven se trasladó a Madrid. Además de la literatura, se dedicó a la pintura y de manera activa a la política, como miembro del Partido Comunista. Durante la dictadura se exilió a Argentina, Uruguay e Italia. Restablecida la Democracia, volvió a España como diputado y en 1982 recibió el Premio Cervantes. Murió en su ciudad natal en 1999. Su obra también es muy heterogénea. Se combina lo culto y lo popular, lo andaluz y lo castellano, lo barroco y lo escueto... En 1925 publica Marinero en tierra y siguen a este poemario El alba del alhelí, libro muy colorido y Cal y canto, de difícil gongorismo. En 1929 publica una de sus obras más relevantes, Sobre los ángeles, de rasgos surrealistas. Después de 1931 pone su pluma al servicio de los revolucionarios y califica su poesía anterior de "burguesa". Además de su poesía política, publicó en esta época entre otros poemarios Entre el clavel y la espada (1941), Pleamar (1944) u Ora marítima (1953).

En 1902 nació en Sevilla Luis Cernuda y fue alumno en la Universidad de Sevilla de Pedro Salinas. Durante la dictadura, se exilió como profesor de varias universidades europeas y americanas. Falleció en México en 1963. Reúne su obra bajo el título de La realidad y el deseo, y publicó poemarios como Donde habite el olvido y Como quien espera el alba. Destaca su prosa poética recogida en Ocnos (1942). Su poesía de aire romántico se lamente por la triste realidad y anhela la felicidad, el deseo. En sus primeros poemas está muy presente el amor prohibido (Cernuda fue un homosexual hijo de general y nacido en una sociedad puritana) y en el exilio escribe por el pasado perdido en su amada Andalucía o la antigua Grecia. Hoy día, es uno de los poetas más admirados de la generación.

Miguel Hernández y otros nombres del 27

Existe otro gran poeta que no sólo triunfó como poeta justo antes de estallar la guerra civil sino que además continúa la línea creadora del grupo del 27. Se trata del alicantino Miguel Hernández, nacido ya en 1910, es decir, dieciocho años menor que Salinas. Este epígono merece contarse entre los miembros del grupo del 27 por méritos propios. De niño fue pastor y aprendió a escribir a los once años. Pronto se despertaron en él las ganas de dedicarse a la poesía. Comenzó con un estilo inspirado en los clásicos españoles del siglo de oro con poemas amorosos y religiosos. En 1934 se traslada a Madrid, donde conoce a Pablo Neruda y comienza a escribir una poesía irreligiosa y de ideología comunista. Estallada la guerra, se convierte en un símbolo del bando republicano. Al terminar la guerra fue encarcelado y murió preso y tuberculoso en 1942. En Perito en lunas (1933) emplea su primer gongorismo. Sin embargo, su poesía evoluciona hacia una mayor sinceridad, fuerza y humanidad, que le ha hecho célebre. De esta etapa destaca El rayo que no cesa y Viento del pueblo (1937).

Existen muchos otro poetas que escribieron en esta época y mantienen rasgos comunes con los grandes poetas del 27. Los más destacables son Manuel Altolaguirre, nacido en 1905 en Málaga y Emilio Prados, nacido en 1899. El primero posee una obra refinada e intimista y el segundo es autor del primer libro surrealista español. Otro nombre a recordar es Juan José Domenchina.
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